Las semillas ecológicas deben seguir siendo un bien común

Estimados amigos:

Desde los inicios de la agricultura hace unos 10.000 años y hasta unos 100 años atrás, las semillas fueron un bien común. La producción convencional de semillas hoy ya no es así, y este fundamento social se ha destruido.

Por ello, es cada vez más importante que las semillas ecológicas sigan siendo un bien común.

La producción convencional de semillas es una rama de la industria controlada por unos pocos proveedores de gran tamaño que comercializan casi exclusivamente semillas híbridas y modificadas genéticamente. Estas semillas tienen la particularidad de que no pueden ser reproducidas por los agricultores, motivo por el cual deben comprarse de nuevo todos los años. Además, el cultivo en los campos y jardines exige el uso de fertilizantes minerales y pesticidas contra la maleza y los parásitos si se desea obtener los elevados rendimientos de cosecha a los que se aspira.

Esto tiene un efecto devastador en la fertilidad del suelo. Sin embargo, las empresas que son dueñas de las semillas y que controlan cada vez más el sector prometen altos niveles de producción y un elevado valor para el accionista.

Las semillas ecológicas no pueden correr el mismo destino. Y esto se puede cambiar únicamente si como consumidores nos sumamos también a los agricultores comprometidos.

La aspiración de ELIANT y sus miembros es tematizar estas sustanciales interrogantes en Bruselas. Por ello, Demeter International ha organizado nuevamente un taller sobre semillas en Bruselas, en el que los representantes de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y otras organizaciones en pro de las semillas ecológicas han tenido la oportunidad de dar su opinión y de debatir. ¡Por ello, le pedimos cordialmente que nos ayude para que podamos continuar con estos esfuerzos!

Como consumidores podemos hacer una aportación decisiva a la conservación de la salud de la tierra y de nuestros alimentos por medio de nuestro comportamiento de compra y de nuestro compromiso con la sociedad civil.

Muchas gracias por su apoyo.
Un saludo cordial
Michaela Glöckler