¿Por qué es necesario un pensamiento circular en la agricultura?

La vida se basa en ritmos y en ciclos de regulación

Estimados amigos y amigas de ELIANT:

Todos los métodos de agricultura sostenibles están marcados por una forma de pensamiento de tipo circular. Ese fue el principio decisivo sobre el que Rudolf Steiner fundó el «Método de cultivo biodinámico» con su curso de agricultura dictado en Koberwitz, Polonia. De acuerdo con él, cada finca puede desarrollarse hacia una «individualidad agrícola», en la que una sirve a la otra y, en conjunto, contribuyen al todo integral.

El humus y la fertilidad de los suelos:  l a  pregunta sobre el futuro de la Tierra
En el centro de todo esto está la preocupación por la fertilidad del suelo de la Tierra, de una forma tal que mediante una rotación de cultivos y métodos de fertilización biológicos adecuados pueda incrementarse el componente húmico del suelo. Esto porque un componente de humus más elevado aumenta la capacidad del suelo para absorber agua y conformar un microbioma variado, lo que, a su vez, permite el crecimiento de plantas sanas y resistentes a parásitos. Esto último es un factor decisivo, ya que este método de cultivo prohíbe tanto el uso de plaguicidas convencionales como de fertilizantes minerales. Todos los nutrientes necesarios para una estructura edáfica sana son proporcionados por los animales de la finca y el abono verde de la rotación de cultivos. De esta forma se evita la contaminación del agua y el suelo, no obstante, los rendimientos son, en promedio, un 15 % más bajos que en las explotaciones tradicionales.

Para nosotros como personas, lo decisivo es contar aquí con un buen pensamiento circular para no solo querer consumir alimentos libres de pesticidas, sino también para hacer una inversión en el futuro de nuestra Tierra producto de costos que resultan más elevados. Gracias a estos métodos de cultivo, los suelos ganan cada año más y más calidad, en contraposición a la agricultura industrial convencional, en la que el desarrollo opera en sentido inverso y, por ende, la calidad del suelo disminuye con el correr de los años y puede conducir a la infertilidad de la tierra.

Premio Gulbenkian a la Humanidad
Como es un hecho que la economía circular favorece el desarrollo de la Tierra y el ser humano, los proyectos visionarios del ámbito de la agricultura biodinámica y biológica son premiados una y otra vez. De esta manera, el 12 de julio de este año, la fundación Gulbenkian premió a la iniciativa Sekem como una de las tres galardonadas por su proyecto para la conversión de 40 000 pequeños agricultores egipcios a la agricultura biológica y biodinámica. Esta fundación otorga cada año Premios para la Humanidad a proyectos de tipo artístico, científico y centrados en la transmisión del conocimiento. Desde el 2022, la excanciller alemana Angela Merkel es la presidenta del jurado.

El poder y la conciencia de los consumidores
La superficie cultivada de forma biológica y sostenible en Europa sigue siendo inferior al 10 %. Los agricultores siguen enfrentados a grandes presiones del comercio y las empresas transformadoras para proporcionar productos a bajo precio con el argumento de que los consumidores quieren los alimentos más baratos posible. Cuán rápido podría cambiar esto, si el pensamiento circular con orientación de futuro lograra ganar terreno, por ejemplo, mediante la disminución de la cantidad de alimentos desechados: una cifra que sigue superando el 30 % anual. Asimismo, tampoco se piensa en que la incorporación de carbono en los suelos cultivados de manera industrial es considerablemente menor.

Una menor capacidad de absorción de agua —derivada del deterioro de la calidad del suelo— aumenta el peligro de flujos de lodo y las crecidas de ríos y arroyos en caso de lluvias torrenciales, como se observa cada vez con más frecuencia. Además, los residuos de plaguicidas y fertilizantes minerales están presentes no solo en el suelo y los productos agrícolas, sino también en los cuerpos de agua y el agua potable. Y las consecuencias derivadas de todo esto, las pagan no solo los causantes, sino la sociedad en su conjunto.

Como consumidores, con cada compra decidimos cuál es el tipo de pensamiento y agricultura que queremos fomentar.

En nombre del equipo de ELIANT, les envío mis mejores deseos para estos días estivales.

Atentamente,
Michaela Glöckler

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