El cambio climático amenaza el futuro próspero de la Tierra y la humanidad.
Consumimos los recursos finitos de nuestra Tierra a una velocidad que supera en 1,5 y 2,5 veces la capacidad de regeneración; consideramos que son de primera necesidad y, de esa forma, liberamos enormes cantidades de gases nocivos para el clima. El aumento de la temperatura superior al promedio y el calentamiento en el círculo polar ártico en los últimos 3 años que esto conlleva, junto con los incendios en la tundra, conducen a más emisiones de CO2 y, todo ello, considerando el Acuerdo de París de diciembre de 2015.
Lo que exigimos a la política —que actúe y no solo hable— también es válido para cada uno de nosotros. Cuanto más claramente replanteemos nuestra conducta —desde la alimentación hasta el tipo de industria de embalajes que queremos apoyar—, más avanzaremos para ser parte de un movimiento que ayude a regular el implacable capitalismo depredador, incluso pensando con cuidado si los vuelos necesarios realmente lo son. «Feed no Food», es decir, la reducción del consumo de carne y la amplia renuncia a la carne de ave y cerdo, pueden ser los primeros pasos para fomentar también el bienestar animal y poner fin a la inhumana cría de animales a gran escala.
La vida es compleja y si queremos contribuir a ella, tenemos que aprender a pensar de forma contextualizada, es decir, estableciendo conexiones. Así, podemos echar a andar iniciativas regionales mediante el cuestionamiento generalizado de nuestras infraestructuras energéticas locales y su reconfiguración conjunta. Ya hay nuevas tecnologías de almacenamiento, nuevas formas de producción de energía y sistemas de transporte y movilización más eficientes en términos de energía. Sin embargo, a menudo, falta solo el interés y la iniciativa de la sociedad civil.
ELIANT aboga particularmente por una agricultura sostenible como la base de un desarrollo ecológico viable para el futuro. En ella, la convivencia saludable del hombre, el animal y las plantas es lo más importante. Esto permite cuidar el suelo (abono mediante medios orgánicos) para que aumente el componente de humus. Más humus supone una mayor captación de CO2 y plantas más saludables. Contribuya comprando productos provenientes de esta agricultura y compensando la diferencia de precios frente a los productos convencionales con un manejo más cuidadoso de los alimentos y sintiendo el placer de que está haciendo una aportación fundamental contra el cambio climático.
