Alertas y con más valor
Estimados amigos y amigas de ELIANT:
Como ciudadanos, una de las cosas que siempre nos alienta a comprometernos con Europa es la convicción de que los impulsos decisivos para la transformación social —tan urgentemente necesaria— no surgen de los políticos responsables. Por el contrario, estos se generan en organizaciones no gubernamentales comprometidas con la sociedad civil y en grupos de personas responsables, como los miembros del Club de Roma; una tendencia que se comenzó a percibir de forma clara desde la década de 1970:
Las temáticas relacionadas con el clima, la imperiosa transformación agrícola, las iniciativas humanas y sostenibles en el ámbito económico, la voluntad de dejar de pensar la economía sobre la base de la ideología del crecimiento, sino en conformidad con la vida —pues en la vida solo hay un crecimiento limitado—, pero también la lucha contra una digitalización demasiado prematura y no avalada por la ciencia en las guarderías infantiles y en las escuelas primarias son, en primer lugar, iniciativas que surgen de «la base», pero que a mediano y largo plazo contribuyen de manera decisiva a un cambio cultural constructivo.
Esto es un consuelo cuando vemos una y otra vez como los responsables políticos —tanto a nivel nacional como de la Unión Europea— restan importancia en un primer momento a las demandas de la ciudadanía. Simplemente hay que seguir trabajando, a pesar de las dificultades que haya en el camino, pues los objetivos valen la pena.
En 2016, por ejemplo, partieron desacreditándonos como retrógrados porque ELIANT junto con el Consejo Europeo para la Educación Waldorf Steiner (ECSWE) —una de nuestras organizaciones miembro— y otras entidades asociadas e investigadores independientes, llamamos la atención sobre las consecuencias negativas de la digitalización. Y ahora, ocho años más tarde, el ministro de Educación de Dinamarca se ha disculpado con los niños y jóvenes, y ha calificado la digitalización forzada de sus espacios de vida como un experimento de masas con consecuencias todavía imprevisibles. En ese país, ahora se están imprimiendo otra vez textos escolares para la enseñanza preescolar.
Un cambio de pensamiento similar se está viviendo en otros países del norte de Europa y también en Francia. Sencillamente, los niños y adolescentes no son todavía adultos. Aquí hace falta una comprensión profunda de lo que es el desarrollo del cuerpo, el alma y el espíritu. Y por eso estamos abogando.
Ahora, estamos trabajando para que Alemania no siga el ejemplo de Francia y el Reino Unido de eliminar la medicina homeopática y antroposófica del catálogo de las cajas de seguros de enfermedad públicas. Por ello, GESUNDHEIT AKTIV, una de nuestras organizaciones miembro, inició a comienzos de febrero una campaña ante la Comisión de Peticiones del Parlamento alemán a la que es posible sumarse hasta el 7 de marzo. Si bien, la petición ya consiguió las 50 000 firmas necesarias, esta causará un mayor impacto si logra duplicar o triplicar esa cifra con la ayuda de todos nosotros. Afortunadamente, los ciudadanos de todos los países tienen la posibilidad de firmarla. Por esto, estaríamos muy agradecidos si pudieran difundir el enlace en su entorno para poner de manifiesto la voluntad de la ciudadanía ante los responsables políticos. Incluso alguien que no desee someterse a un tratamiento homeopático, también puede defender el planteamiento de que un área tan compleja, como la medicina, requiere una diversidad de métodos y libertad de elección para la terapia.
No obstante, es muy doloroso tener que ver que el uso del Glifosato en la Unión Europea se ha extendido por otros diez años más. Así la biodiversidad seguirá desapareciendo y habrá un nuevo impulso para la extinción de las plantas y animales, sin mencionar el daño que se ocasiona a la calidad del suelo, el agua y los alimentos producidos. Y son esas mismas autoridades las que dos meses más tarde han decidido que las nuevas tecnologías genéticas, tales como CRISPR/Cas, no se someterán a las normativas válidas para organismos modificados genéticamente en relación con su autorización e identificación, y ello una vez más en contra de la voluntad ciudadana.
Para la agricultura ecológica sin ingeniería genética se genera así un problema casi irresoluble. Sin embargo, en este caso también podemos hacer algo para contribuir directamente a que cada vez más personas se den cuenta de que hace falta un comportamiento de consumo que apoye de forma decidida a las empresas agrícolas que producen alimentos de buena calidad y respetuosos con el suelo y los animales. Tal conducta puede animar a los agricultores a arriesgarse a convertir sus operaciones convencionales en una producción orgánica y biodinámica.
¡Este es el gran potencial que tenemos como sociedad civil! Por eso, nos da fuerza saber que somos muchos los que estamos comprometidos con la transformación cultural.
Con esto en mente, les envío un saludo de agradecimiento en un momento nada de fácil a nombre del equipo de ELIANT.
Atentamente,
Michaela Glöckler
Si desean apoyar nuestro trabajo financieramente, pueden hacerlo aquí. Estaremos muy agradecidos.
